Hermanos trotamundos dan su guía de actividades de aventura en Queenstown

Nueva Zelanda es uno de los países más naturalmente hermosos de la Tierra, pasando de la selva tropical, a los fiordos cortados por glaciares y sierras cubiertas de nieve en solo un día de viaje. Pero Queenstown se destaca como un destino único porque es también el lugar de nacimiento de los deportes de adrenalina. Muchos destinos turísticos se proclaman a sí mismos como las 'capitales de la adrenalina' de sus países, pero ninguno ha inventado o perfeccionado tantos deportes temerarios como Queenstown.

Comienza con el salto en bungee, inventado por A.J. Hackett justo fuera de Queenstown en la década de 1980. Lo que comenzó como un salto de 42 metros desde el Kawarau Bridge se ha convertido en un fenómeno global, pero AJ Hackett ha permanecido a la vanguardia del deporte. Decidimos ir por el bungee más grande que pudimos encontrar, Nevis, un salto de 132 metros desde una góndola suspendida sobre un desfiladero cortado por un glaciar. Aterrador y deslumbrante; Nevis fue un salto importante en nuestra lista de deseos.

Los paseos en jet boat son otra invención de Queenstown, comenzando con Shotover Jet en la década de 1960. Los botes de fondo poco profundo atraviesan estrechos desfiladeros a 85 km/hr en tan solo 10 cm de agua, haciendo giros de 360 grados y maniobras a centímetros de las paredes del acantilado. No hay mejor manera de disfrutar del paisaje del río Shotover que sentarse tan emocionantemente cerca del borde.

El paracaidismo no es de Nueva Zelanda, pero si estás tan nervioso como yo estaba por lanzarte desde un avión, querrás que un kiwi empaquete tu paracaídas. Nos pusimos en manos expertas de NZONE Sky Dive, la operación mejor calificada en Nueva Zelanda, y nos llevaron a 15,000 pies y nos arrojaron por la puerta con un paracaidista profesional atado a nuestros cuerpos. Durante un minuto completo de caída libre, nos dirigimos hacia una de las partes más hermosas de Nueva Zelanda a una velocidad terminal de 200 km/hr.

Luego subimos en el Skyline Gondola para admirar el paisaje y divertirnos corriendo por su pista de luge.

¡Fue una semana llena de eventos! Sin embargo, no todo fue tan lleno de acción. Pasamos nuestras tardes relajándonos en un lujoso apartamento junto al lago en las villas de Villa Del Lago. ¡Vistas excelentes del lago Wakatipu y las montañas Remarkables, y excelente hospitalidad de sus maravillosos propietarios, Nik y Charlotte!

Luego volamos arriba y sobre las Remarkables en un tour escénico en helicóptero con Glacier Southern Lakes Helicopters, quienes nos llevaron a lo largo de las crestas y valles más dramáticos de los Alpes del Sur, dándonos las fotos y videos más increíbles que podríamos pedir. Después de un breve aterrizaje en uno de los glaciares, regresamos a Queenstown para nuestra próxima aventura.

Antes de los deportes de adrenalina, la región de Otago fue hogar de mineros de oro y estaciones de ovejas y pasamos un día explorando ambos legados. Primero, fuimos al pueblo minero de oro de Arrowtown, donde aprendimos sobre la historia de los primeros mineros chinos y disfrutamos de una cena en el pueblo renovado al estilo de la frontera que sigue siendo un encantador complemento para Queenstown.

Al día siguiente, nos reunimos con Southern Discoveries Cruises, quienes nos llevaron a través del lago Wakatipu en el 'Spirit of Queenstown' hasta Mt. Nicholas Station, una histórica estación de ovejas administrada por una familia que sigue funcionando en la actualidad. Es uno de los principales proveedores de lana de merino de ultra alta calidad y nos proporcionó una gran visión de la economía de exportación tradicional de Nueva Zelanda.

Una nueva exportación kiwi se encuentra justo abajo en el valle en la región vinícola de Gibbston, la región vinícola más al sur del mundo. Pasamos por la bodega de Amisfield, donde probamos algunos de sus famosos pinot noirs y pinot grigio, acompañados de una selección de quesos kiwi.

La semana resultó ser la combinación perfecta de actividades, desde paseos en jet boat pasando por paredes de roca a 85 km/hr, saltos en paracaídas a velocidad terminal, esquilar ovejas y degustar vinos de primera calidad.

Nueva Zelanda es un país increíblemente diverso con muchas atracciones turísticas diferentes, pero en ningún lugar se ofrece tanto en un entorno tan hermoso como Queenstown. Aunque solo tachamos nuestra lista de deseos para la ciudad, sabemos que volveremos pronto.